lunes, octubre 31, 2005

SOBRE LA MUERTE

Bueno, con motivo de las celebraciones que hacemos en estos días en nuestro país para recibir a las almas de los muertos que vienen a visitarnos, reflexionando sobre este tema, he decidido ofrecerles algunas frases dichas, en diferentes momentos de su vida, por el héroe cubano José Martí ( El del poema: "Cultivo una rosa blanca en junio como en enero para el amigo sincero que me da su mano franca...") y que he seleccionado del Diccionario del Pensamiento Martiano, de Ramiro Valdés Galarraga. Sé que les gustarán porque, finalmente a todos, en alguna época de nuestra vida nos ha calentado el alma la sangre guerrillera.

"Cada muerto es una raíz y cada vivo es un peleador."
"La vida se ha de llevar con bravura y a la muerte se la ha de esperar con un beso."
"La vida es una prueba: la muerte es un derecho."
"Grato es morir, horrible es vivir muerto."
"Nadie tiene derecho de morir mientras que para erguir la vida que le dieron le quede un pensamiento, un espanto, una esperanza, una gota de sangre, un nervio en pie."
"La noche, la noche sombría es la hora favorita de la muerte."
"La muerte es la recompensa de la vida."
"Los muertos no son más que semilla, y morir bien es el único medio seguro de seguir viviendo."
"La vida nace de la muerte."

miércoles, octubre 26, 2005

MISTERIO




Mira que te escribo
ahora que te has ido,
después de lloviznar,
con mis caricias,
en el terreno fértil de tu cuerpo,
después de que el deseo mordiera,
bravamente, el silencio.
Te escribo, a media noche,
sin volver al ayer,
sin pensar en mañana;
como paralizando el miedo
de que todo sea sólo un sueño.
Pero te escribo con mi carne
sobornada por tu lengua y tu mirada,
por tus manos tibias,
por tus palabras
que me embarras en la cara.
Te escribo ahora
cuando estás ausente
de mis brazos,
de mis manos y de mis dedos
que descubrieron tu misterio.
Te escribo callado
después de tantos ruegos
para que no te fueras,
para que te quedaras
a llorar conmigo
encerrados en el apartamento.
Pero te fuiste
y te llevaste la luna fría
que nos ha cobijado,
durante noventa días,
coronando secretos.
Y llegarás mañana
trayendo la luz de tus ojos
que tanto quiero,
y me abrazarás,
y te besaré,
y volverás a ser misterio,
sólo misterio.

lunes, octubre 24, 2005

SE LLEVÓ LAS FOTOS


Ella me abandona y se molesta porque no salgo a buscarla; pero a veces voy y la traigo a casa de regreso. Son sus caprichos, lo sé, porque quiere todo a su voluntad y privilegio.
Ayer salió llevándose tambièn las fotos que tenía en los llaveros; eso sí me dolió ( a saber con quién presumirá del amor que le di sin medida y sin tomar en cuenta los riesgos), por eso permití que me dejara en soledad sin sus besos, sin su aroma de dolor aventurero, sin sus caprichos, y sin las fotos que tenía en los llaveros.
Ya no la buscaré, es mejor que no regrese porque, con seguridad, alguien, que no seré yo, guardará en su memoria las sonrisas de los dos, en las fotos donde estamos abrazados.
Están tristes, muy tristes los llaveros. Voy a salir a la calle con mi cámara automática en busca de recuerdos.


Con afecto enorme y un cariño sin par para mi gran amiga María de Jesús Márquez, por su fidelidad y su permanencia en el cofre de los recuerdos buenos.

sábado, octubre 22, 2005

¿DE QUÉ SIRVIÓ EL AMOR?

¿DE QUE SIRVIÓ EL AMOR?

Ahora estoy sentado
ante esta máquina insensible
que entre reflejos azules
se entromete en mi alma;
y no tengo más remedio
que arrojarle las palabras.
Ayer nos despedimos
con lunas apagadas
y no sé si vendrá a verme
con amor o con lástima,
porque le quiero tanto
que ya no sé leer su gesto
o su mirada.
La noche me dice
que escriba sin dolor
(pero un gato huraño
rasguña mi garganta),
y es muy tarde ya,
casi de madrugada,
¿por qué no muero un rato
para encontrar la calma?
¿De qué sirvió el amor
que con rosas rojas
mi corazón le daba?
Quizá será mejor
que acepte mi derrota
y quiebre mi destino
que en el libro de sus ojos
mi historia redactaba,
o darle libertad
para que sea feliz
en otros brazos que no le abrazarán
con el cariño santo
que en los míos encontraba.
Pero, entonces, ¿de qué sirvió el amor
que germinó en mi jardín
y floreció por nada?
¡Protesto!
Esta máquina disfraza,
con azules palabras,
las lágrimas que,
angustiosamente,
escurren por mi cara.

lunes, octubre 17, 2005

A VECES SUEÑO...


A veces sueño que soy un niño y sueño con las cosas simples que siempre tuve entre las manos y fueron mi tesoro: las mañanas de sol, un sol tibio, acariciardor, que alejaba de mis pies, dentro de mis huaraches, el aire fresco que se filtraba entre mis dedos; la luna, esa luna gorda, cachetona, que nos gustaba ver, a mis hermanos y a mí, asomarse desde el fondo de los misterios del "Titicuiltzi", el cerro que es guardián del sol y de la luna; las estrellas deslumbrantes de los cielos nocturnos depejados, el agua cantarina que se deslizaba entre las piedras o los tepetates de nuestra barranca que nosotros presumíamos de río, y los chicampunes que nos ofrecían en el suelo, entre las hierbas, los árboles de don Nacho Taboada; la alegría y la libertad de cortar huamúchiles ( y de comerlos) en los árboles del campo...
Todo eso, que ahora intento recuperar en los recuerdos (no sé por qué) y me llegan de muy lejos, en el tiempo, cuando niños (con Queta, Chani, Toño, Odila) nuestra felicidad se vestía de lujo con otras maneras.
Y me llega la mañana florecida en la falda de la abuela María (barre que barre) levantando el polvo del tesoro de la casa: el patio. Enorme patio de suelo seco que era de oro durante el día y en las tardes de lluvia era un mar.
Sueño que soy niño...y salgo a caminar, descalzo, entre la corriente, después de la lluvia, que bajaba por la calle ancha arrastrando piedras, lodo y ramas de guajes y guamúchiles que abundaban en mi pueblo.
Sueño con eso y más...y, sobre todo con la mirada atenta de mi madre aguardando mi regreso de la escuela y con la mirada de mi padre que juzgaba mi cabello si estaba un poco largo para llevarme al peluquero.
Cosas simples que hoy me trajo la memoria (no sé por qué) y me hace pensar en mi pueblo, en mi familia, en mis padres y en quellos años de mi niñez que parece que están lejos pero que, por siempre, en mi corazón con cariño los conservo.

Ellos son mis padres. Y publico así sus fotos, además de la anterior, por todo lo que nos han dado con el amor que se tienen y se dedican día a día.

sábado, octubre 15, 2005

EL MEJOR LUGAR


EL MEJOR LUGAR

El mejor lugar
en donde he estado
es este lago dulce
de tu cuerpo,
las estrellas fugaces
de tus ojos
y la

p
r
o
f
u
n
d
i
d
a
d
nocturna

de tus besos.

Con un saludo para mis amigos los poetas del grupo Transgresión, además de una felicitación por el éxito del Festival Franciscano en Iguala.
jose_delgado9@hotmail.com

viernes, octubre 14, 2005

TE ESTOY PENSANDO


TE ESTOY PENSANDO

En el silencio que raspa la noche
incrustada en mi cuarto,
te estoy pensando
como éramos ayer: gato y garabato, sol y agua,
viento y frío,
la luna en el retrato.
Pienso que te quería
con tu voz turbia, lejana y taciturna;
con las manos en el hielo,
con mi sangre hirviente
que se desliza en la conciencia del no olvido
entre el laberinto del perdón nunca exigido.
Y sé que estás, duramente,
permanentemente,
como un grito callado,
como una revelación acobardada,
como un sueño no soñado,
como una guerra perdida
que dejó un corazón -el mío-
minusválido.
Te estoy pensando y te conozco allá:
en el otoño recobrado,
en la espiga derrumbada,
en la llaga oxidada,
en el sueño interrumpido,
rasguñándome,
como siempre,
el alma.

jueves, octubre 13, 2005

DESDE UNOS OJOS TIBIOS

DESDE UNOS OJOS TIBIOS


Desde unos ojos tibios
he vuelto a mi soledad,
derrotado;
en las montañas lejanas,
el sol, que alumbraba mi camino,
se ha ocultado.
Y en esta oscuridad
regreso a mi dolor,
a mis manos huecas,
al sabor amargo.
Una espinita, apenas,
como alfiler de oro,
(y ha sido suficiente)
me ha matado.
¿Por qué habré permitido
que naciera esta flor
en mi viejo corazón
atormentado?
¿Cuándo cerré los ojos
para perderme en su risa,
en su amor cobarde,
ilusionado?
Desde unos ojos tibios
regreso a mi tristeza,
a mis sábanas frías,
al mar abierto de mi llanto.

martes, octubre 11, 2005

FRASES CÉLEBRES

COMPARTO CON USTEDES ALGUNAS FRASES QUE ENCONTRÉ Y QUE CREO NOS HACEN REFLEXIONAR UN POCO PARA VER A LA VIDA CON UN DOLOR DIFERENTE.

"Ser poeta no es una ambición mía, es mi manera de estar solo."
Fernando Pessoa


"La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar,sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos."
Proverbio británico

"Ves cosas y dices: "¿Por qué?" Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo: "¿Por qué no?"
George Bernard Shaw

"Los amigos son aquéllos que nos preguntan cómo estamos y que se esperan a oír la respuesta."
Ed Cunninngham

"Ofrecer amistad al que busca amor, es dar pan al que se muere de sed."
Anónimo

"No busques un amigo para matar las horas, búscale con horas para vivir."
Gibrán Jalil

"La edad no protege del amor. Pero el amor protege de la edad."
Jeanne Moreau

"Ocurre a menudo que un hombre, enamorado de un lunar, comete el errorde casarse con la muchacha entera."
S. Leacock

"Es triste mirar al mar en una noche sin luna pero más triste es amarsin esperanza alguna."
J. Efraín Suazo

jueves, octubre 06, 2005

EN LA SOLEDAD DEL LLANTO


EN LA SOLEDAD DEL LLANTO

Se conocieron a un punto
en la soledad del llanto
él con ojos de nostalgia
ella con dolor y quebranto.
Se vieron y se amaron
con llagas en los sueños
sin pasado glorioso
vacío su universo.
Sus manos frías siempre
con hambre de cuerpos.
Sus pechos doloridos
con sed de recuerdos.
Era la noche eterna
de las muertas esperanzas.
Sus ojos dos cavernas
sus miradas lágrimas.
Él le dijo “Luna de oro”.
Ella contestó “Te quiero”.
Él tocó sus labios ciegos
con la punta de sus dedos.
Ella raspó su garganta
con su lamento.
Los suspiros navegaban
desde un pecho a otro pecho
y se tendieron al aire
en silencio.
Ella le besó los labios
aún fríos y desiertos.
Él acarició su espalda
y la humedad de su sexo
palpitante.
Le dio un beso.
Ella se metió en sus brazos
y en el río turbio
de su aliento.
Era la luna de plata
en las sombras de sus cuerpo
en la soledad del llanto
en la noche del recuerdo.


Con afecto para mi amigo Carlos Alejandro Vázquez Martínez por el gusto de contar con su naciente amistad y con la seguridad de que se trata de una persona honesta y confiable, este poema en el que hice un experimento con las pausas, sin más signos de puntuación que algunos puntos. Ojalá te guste y que sigas escribiendo tus narraciones. Además invito a que lo visiten en: http://spaces.msn.com/members/wishmaster3329

miércoles, octubre 05, 2005

MIENTRAS LLEGA LA HORA


Ella vestía de blanco, como una aparición. Estaba de pie, junto a un poste, igual que yo, supuse, esperando a su hijo que saliera del colegio.
Me vio y me sonrió con una media luna brillándole en la boca.
Me acerqué y le pregunté la hora -pensé que era un reloj la pulsera que llevaba en su muñeca izquierda.
Extrañado, vi que sus ojos se hicieron pequeñitos, parecía reconocerme.
Me dijo que aún no, que faltaba poco pero que aún no era la hora para mí.
No supe qué decirle, ni tiempo tuve. En ese momento abrieron las puertas del colegio y caminé hacia la puerta en busca de mi hija para llevarla a casa.
De pronto, como un alarido, se escuchó un grito espantoso de una mujer. Todos volteamos en busca de la persona que se había desgarrado la garganta ahí, frente a la escuela primaria a la que asistía mi hija. En ese instante sentí la mano de mi pequeña que apretaba la mía y la cargué estrechándola con fuerza contra mi pecho.
-Papá -me dijo entre sollozos- atropellaron a un niño, creo que es Miguel, mi amigo.
-Vamos a ver -le dije.
A escasos quince metros de nosotros se había formado un círculo con los brazos de varias personas para abrir un espacio para el personal de la escuela que ya atendía al pequeño Miguel dándole los primeros auxilios.
Fueron inútiles las atenciones, con desaliento, le informaron a la afligida madre que Miguel había fallecido.
Entonces, cruzando la barrera humana, sin ningún impedimento, la mujer de blanco, con sonrisa de media luna, se acercó al pequeño que estaba tendido en el piso y tomàndole de la mano lo condujo fuera del círculo.
Yo veía todo y seguí con la mirada absorta a la mujer llevando a Miguelito, pero, al voltear hacia el centro, pude ver que los paramédicos de una ambulancia de la Cruz Roja levantaban en una camilla el cuerpo inerte y sangrante del niño.
Nuevamente volteé en busca de la mujer y, a lo lejos, los vi tomados de la mano, caminando entre la gente, como dos enamorados que, recién casados, se dirigen con ansiedad plena al lecho nupcial.
Nuevamente apreté con fuerza a mi hija y acepté que aún no llegaba la hora.

Con afecto para mi amiga la doctora Angélica Alcalá, agradeciéndole sus atenciones y su preocupación por mi salud.

martes, octubre 04, 2005

DICE SABINES...

Dice Sabines
que la luna hay que tomarla
a cucharadas,
y estoy de acuerdo;
sin embargo,
creo que primero
hay que darle dos o tres mordidas
hasta que le sangre el alma.

¿QUÉ VA A SER DE TI CUANDO ME VAYA?

¿Qué va a ser de ti
cuando me vaya de tu lado?
¿Quién te dirá que te quiere
con la emoción temblando
en un arca cerrada?
¿Quién lloverá en tus ojos
con el dolor
de cada madrugada?
Y tus brazos, tan tibios,
¿dónde hallarán este calor
que en mi cuerpo encuentran
todas las mañanas?
¿Qué va a ser de ti
en las noches frías
y en la desesperanza
de la luna de tu sexo
en el espacio enorme
de tu cama?
¿Quién nacerá desde tu vientre
hasta tus pechos dulcísimos,
como yo lo hago,
rasguñando la noche
de tu almohada?
¿Qué va a ser de ti?
¿Y…qué va a ser de mí,
cuando me vaya?


Con un saludo para mi pequeña amiga Zel. Gracias por tus comentarios. Y para todos mis amigos los poetas del grupo Transgresiòn, de Iguala, que ahora están muy ocupados con el Festival Franciscano.

lunes, octubre 03, 2005

AMIGO JAHÉN

Quería escribirte algo, un buen texto que te dijera todo lo que siento por ti y no pude hacerlo, simplemente porque ya te lo he dicho todo y por todo eso que ya te dije sólo me falta decirte una cosa: ¡Gracias!
Gracias por ser mi amigo.
(Ya no digamos mi sobrino y ahijado, confidente y cómplice)
Amigo, gracias por estar junto a mí y por permitirme estar cerca de ti. ¿Qué más te puedo decir?
Gracias.

sábado, octubre 01, 2005

EN LA LUNA


A Diana le dijeron un día que de un salto no iba a llegar a la luna, pero si no daba ese salto nunca iba a tener la seguridad de que sucediera o no. Y sólo por eso se atrevió a comprobarlo.
Esperó pacientemente a que la noche cayera sobre el pueblo, y cuando la luna se encontraba a tres cuartas del horizonte iluminado por sus fríos rayos, buscó una roca , la más alta que encontró a la orilla del río. No era tanta la altura, apenas metro y medio, como para sentir miedo en el salto ("De un salto no vas a a llegar a la luna", le dijeron.) o como para temer que pudiera lastimarse un pie al caer. Por eso, con la confianza en lo dicho, dirigió con firmeza su mirada hacia la gorda luna que tenía frente a ella, abrió los brazos, llenó de aire sus pulmones, cerró los ojos e impulsándose con toda la fuerza que sus delgadas piernas le permitieron, saltó.
Aún con los ojos cerrados, y con el mismo aire dentro de sus pulmones, sintió que el tiempo se detuvo, y hasta que abrió los ojos se pudo dar cuenta que descendía lentamente en el brillante suelo lunático.
También hasta ese momento en que sus pies tocaban el polvo espacial levantando una pequeña nube que flotaba alrededor de sus tobillos, comprendió que más vale no creer todo lo que nos dice la gente.

Lo dedico con afecto para Diana Figueroa Piedragil, con mi agradecimiento por prestarme el nombre.

TE VOY A CONTAR




Mira: te voy a contar: hoy pensé en ti catorce veces,
pensarás que miento, que no es posible contar las veces que se piensa en alguien.
Y, aunque te parezca absurdo, las conté, de veras, te lo juro.
Ya sabes que no miento y si te digo que mañana te pensaré sólo
dos veces, no lo dudes: así será.
Pero, comencemos otra vez:
pensé en ti catorce veces, sólo que nueve de esas veces
te pensé sin mí
y me dolió el vacío que yo dejaba en ti.
No sé por qué aún me preocupo por ti después de todo:
regalaste el peluche, tiraste el anillo y vendiste los recuerdos.
Lo supe un día que te sentiste frágil
y dejaste que las palomas de la sinceridad
te adornaran los ojos.
Desde entonces no dormí pensando en el mono
que te compré en la feria,
en el anillo que los dos besamos
y en las tardes sin sol en las que juntábamos los cuerpos
para iluminarnos el intelecto.
Ayer llovió y sopló un viento tan fuerte que derribó un árbol.
Era enorme el árbol. Cuando cayó, las aves que lo habitaban
se delataron y el Garfield de la casa
se dispuso a darse un buen banquete.
Ya ves: te cuento lo que no interesa más que a los ecologistas
y todo para no decirte que te extraño,
que hay mucho ruido en la cocina
mientras escribo esto y que las cinco veces
restantes en las que te pensé
te vi junto a mí, de la mano, una,
tu cabeza en mi hombro, otra ( y van dos),
bailando pegados en la penumbra de la noche (tres),
recuperando monedas en los camellones de las avenidas (cuatro) y,
por último, derritiendo helados en las sábanas
de nuestra cama.
Ya lo ves, olvidaba decirte que Garfield
sólo atrapó a un polluelo
y quedó con hambre (y no es raro, siempre está exigiendo
su ración de comida que le tiramos en el piso).
Pero bueno, espero que las veces que te piense mañana
me den más probabilidades de sobrevivir
a la falta de ti
en el tacto de mis manos.