Dice Sabines
que la luna hay que tomarla
a cucharadas,
y estoy de acuerdo;
sin embargo,
creo que primero
hay que darle dos o tres mordidas
hasta que le sangre el alma.
¿QUÉ VA A SER DE TI CUANDO ME VAYA?
¿Qué va a ser de ti
cuando me vaya de tu lado?
¿Quién te dirá que te quiere
con la emoción temblando
en un arca cerrada?
¿Quién lloverá en tus ojos
con el dolor
de cada madrugada?
Y tus brazos, tan tibios,
¿dónde hallarán este calor
que en mi cuerpo encuentran
todas las mañanas?
¿Qué va a ser de ti
en las noches frías
y en la desesperanza
de la luna de tu sexo
en el espacio enorme
de tu cama?
¿Quién nacerá desde tu vientre
hasta tus pechos dulcísimos,
como yo lo hago,
rasguñando la noche
de tu almohada?
¿Qué va a ser de ti?
¿Y…qué va a ser de mí,
cuando me vaya?
Con un saludo para mi pequeña amiga Zel. Gracias por tus comentarios. Y para todos mis amigos los poetas del grupo Transgresiòn, de Iguala, que ahora están muy ocupados con el Festival Franciscano.
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