sábado, octubre 22, 2005

¿DE QUÉ SIRVIÓ EL AMOR?

¿DE QUE SIRVIÓ EL AMOR?

Ahora estoy sentado
ante esta máquina insensible
que entre reflejos azules
se entromete en mi alma;
y no tengo más remedio
que arrojarle las palabras.
Ayer nos despedimos
con lunas apagadas
y no sé si vendrá a verme
con amor o con lástima,
porque le quiero tanto
que ya no sé leer su gesto
o su mirada.
La noche me dice
que escriba sin dolor
(pero un gato huraño
rasguña mi garganta),
y es muy tarde ya,
casi de madrugada,
¿por qué no muero un rato
para encontrar la calma?
¿De qué sirvió el amor
que con rosas rojas
mi corazón le daba?
Quizá será mejor
que acepte mi derrota
y quiebre mi destino
que en el libro de sus ojos
mi historia redactaba,
o darle libertad
para que sea feliz
en otros brazos que no le abrazarán
con el cariño santo
que en los míos encontraba.
Pero, entonces, ¿de qué sirvió el amor
que germinó en mi jardín
y floreció por nada?
¡Protesto!
Esta máquina disfraza,
con azules palabras,
las lágrimas que,
angustiosamente,
escurren por mi cara.

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