lunes, abril 18, 2011

SECTOR 7

La inseguridad segura

José I. Delgado Bahena


Hace algunos años, cuando vivía yo en la Cd. de México y durante el negro periodo de inseguridad que se vivió mientras estuvo al frente de la policía el general Arturo Durazo, el temor que te invadía, si por alguna razón andabas a altas horas de la noche en la calle, era el encontrarte con alguna patrulla policiaca que no te garantizaba tu seguridad ni te ofrecía el apoyo que requirieras.
Siempre tuvimos la sensación de que los elementos policiacos te iban a asaltar −y de alguna manera lo hacían− ya que, si te detenían, te inventaban algún delito, o al menos la sospecha, y te extorsionaban para no llevarte detenido.
Fue una época en la empezaron a escucharse frases como: “La sociedad va en decadencia” y “Los valores se están perdiendo.” Entonces, se empezaron a buscar soluciones que enfocaban las metas hacia los cambios administrativos en las instituciones, pero sólo de forma, no de fondo.
Después se pusieron de moda las “uniones libres” en las parejas, rompiendo con esto el esquema tradicional del núcleo familiar que era “la base de la sociedad”.
En fin, se fueron dando tantos cambios en las relaciones sociales y en la convivencia de los individuos hasta llegar a la época actual en la que predomina la idea de los noviazgos fugaces, a temprana edad, y los “amigos con derechos”.
Todo estaría bien si no se hubiera perdido el mayor de los valores: el respeto, y no se hubiera ensuciado tanto el más bello de los sentimientos: el amor.
Aunado a todo esto: la desatención familiar hacia la formación de los individuos que serían “las futuras generaciones”, la falta de responsabilidad del gobierno en materia educativa y las escasas oportunidades laborales para la población, o mal pagados, en el mejor de los casos; en los últimos años se ha soltado la versión de que el mejor empleo es aquel que te ofrece una vida fácil que te lleva a conseguir grandes cantidades de dinero a costa de la salud de los demás, es decir practicando la actividad delictiva del narcotráfico.
Es común escuchar entre los jóvenes, con sus grabadoras a todo volumen, o en sus celulares, corridos que hacen alusión a historias sobre los grandes jefes de los cárteles y emulan una forma de vida que les hace creer ser parte de la banda.
Pero, a veces, lo son. He ahí el problema. Y el peor amigo de la corrupción de la juventud es el que le facilita la entrada a este mundo que no tiene salida.
¿Y, de quién es la culpa?
La respuesta fácil es: de todos.
Pero sin duda hemos olvidado la máxima que dice: “Educad al niño para no castigar al hombre”.
Se habla de reforzar los grupos policiacos y militares, de implementar acciones que sigan en este camino pedregoso de una lucha sin fin y sin cuartel, de legalizar las drogas, de operativos carreteros, de operativos en las escuelas; pero… ¿y la educación?
¿Por qué no se revisan los planes y programas, o se reforman de manera que la mayor carga de actividades se concentre en la FORMACIÓN INTEGRAL del ser humano? ¿Por qué no se replantean los propósitos educativos con una misión y una visión con acciones para ya no tener tantos “ninis” en México?
Después de todo, si tenemos delincuentes y holgazanes entre los jóvenes, es porque no supimos encauzar, los adultos, la formación de estas personas cuando fueron niños.
Pero si los maestros, en las aulas, apuntan siempre a conseguir los mejores lugares de sus alumnos, en conocimientos, y se olvidan de la atención de los pupilos desconcentrados, faltistas, “ausentes” e indisciplinados, seguiremos teniendo los mismos resultados: unos pocos manejando las vidas de las mayorías y disfrutando (esos pocos) de la mano de obra barata y de la explotación que, por inercia, se da hacia aquellos que fueron olvidados en su niñez.
Así que no hay de otra: unirse al reclamo popular y de la lucha que el poeta Javier Sicilia encabeza después de que su hijo Juan Francisco Sicilia, fuera encontrado muerto, atado y torturado y, desde donde estemos, lanzar también un ¡YA BASTA!, porque de seguir así: en la barbarie, dentro de poco, lo único que tendremos seguro es la inseguridad.


Escríbeme:


jose_delgado9otmail.com

No hay comentarios.: