sábado, abril 02, 2011

SECTOR 7

En torno a la amistad y la cultura.



José I. Delgado Bahena


Hace unos días invité a comer a un amigo y quedamos de vernos en el área de comedores de un centro comercial. Sólo fue un pretexto para darnos un tiempo para platicar y convivir por un momento ya que sólo consumimos cualquier cosa y nos retiramos.
En el estacionamiento intercambiamos algunos materiales literarios y nos despedimos. Él salió primero y yo detrás de él. Aún en el estacionamiento, tomé el carril de salida para abandonar el lugar cuando, intempestivamente, un conductor de una camioneta arrancó de donde estaba estacionado y se fue sobre mi auto, destruyéndole la puerta delantera de mi lado y la salpicadera, además de daños menores que le ocasionó, por el mismo impacto, en otras autopartes.
Afortunadamente, siempre llevo puesto el cinturón de seguridad; de manera que, aunque el empujón fue fuerte, no tuve daños físicos en mi organismo e inmediatamente le marqué a mi amigo que, supuse, iría a escasos minutos del lugar de los hechos, y esperaba que regresara a apoyarme en algo que necesitara, ya que era mi “primera vez” en un caso como el que estaba pasando.
“Mi esposa me está esperando para comer”, me dijo. “Llama a los del seguro”, me sugirió. “Luego te llamo”, terminó.
Bueno, tomé en cuenta su sugerencia y llamé a la agencia con la que tengo asegurado mi automóvil; el conductor de la otra camioneta hacía lo mismo y escuché que decía que ¡yo no me había fijado que él iba a entrar a mi carril!
Después llamé a mi amigo el Ing. Edmundo Salgado, a quien sabía se encontraba en su horario de comida, para preguntarle cómo debía actuar con respecto al incidente. Me preguntó en dónde estaba y a los pocos minutos lo tenía mi lado para apoyarme en lo que fuera necesario.
Total, llegó el ajustador del seguro quien ―de paso nos dijo que iba para los dos, porque el otro conductor tenía contratada a la misma empresa que yo―, en cuanto vio la posición de los carros expresó que estaba claro sobre la responsabilidad.
La decisión final fue la esperada y al otro conductor, que venía de Veracruz, estuvo de acuerdo en pagar su deducible para arreglar su camioneta y la mía y, por lo tanto, quedé libre de pagar alguna cantidad. Ahora sólo espero que me llamen del taller donde la arreglarán porque hace falta que la aseguradora envíe la puerta y la salpicadera que deberán cambiar.
¿Por qué les cuento todo esto?
Porque en los próximos días mi amigo el Ing. Edmundo Salgado Makas regresará al estado de Querétaro, donde tiene su domicilio y vive su familia, ya que el trabajo que venía desarrollando al frente del 066 en esta región norte de nuestro estado, termina también con la administración del gobernador Zeferino Torreblanca y, al hablar de él y de su familia: Elba Martínez, su esposa, su padre, el Sr. Edmundo y sus hijos: Edmundo y Daniel, debo decir que me llena de orgullo por haber encontrado en la vida a personas tan educadas, nobles y generosas que se preocupan y ocupan sobremanera de la formación de sus hijos con dedicación, esfuerzo, sacrificio y esmero.
Mi amigo Edmundo es ingeniero en sistemas de comunicación y se acercó, hace algunos años, al centro cultural Calmecac que creamos con la integración de varios grupos interesados en proponer actividades artísticas y culturales en el municipio.
“Es que no encontraba nada de cultura en Iguala”, me dijo en una ocasión, “y con ustedes encontré un poco de lo mucho que el ser humano debe desarrollar para su formación integral”.
Bueno, él lo dice porque viene de una ciudad, Santiago de Querétaro, donde se respira cultura en cada esquina y el arte es una forma de vida para los queretanos.
Ese motivo fue el pretexto para encontrarnos y hermanar nuestros afectos en una amistad cabal, leal y sincera; lo que me llevó a convivir con él, durante los últimos dos años de su estancia aquí, como uno de los mejores amigos que Dios me ha dado.
Antes de despedirme, quiero enviar un saludo y mi reconocimiento a las maestras Hortensia Bahena y Esther Camiña, del Cbtis 56, de Iguala, por la gran labor que desarrollan con sus alumnos para la formación de lectores. Esta semana cumplió el primer aniversario su club de lectura “Letrópolis” en donde se advierte el gran entusiasmo que los chavos tienen al desarrollar las diversas actividades lectoras a las que las maestras los inducen.
Este viernes participé en los festejos con la presentación de mi obra y fue algo muy emotivo porque hay muchachos como Aldo Jusa, Óscar y Aldo Sámano que muestran grandes avances en sus textos y en sus participaciones.
Ojalá todas las instituciones tuvieran estas iniciativas para crear espacios y momentos para que los alumnos desarrollen su creatividad artística.


Escríbeme:
jose_delgado9@hotmail.com


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