Karla pregunta si "habrà amor que nos salve del suicidio que el cuchillo nos provoca", y afirma que la voluntad, o sea, la decisiòn, està en uno mismo y podemos ser el mejor aliado o el mayor rival de nosotros mismos. Luego dice que "su mirada de dolor es lo que ata al ser amado y le arrastra, y no lo deja ir".
En su angustia, Karla teme que la esquizofrenia le mate pero se aferra con las uñas a ese hilo para salir del hoyo en el que se encuentra, tambièn, atada y arrastrada por otra mirada triste.
"Veo oscuro y no siento nada" expresa, y es letal. La muerte sola te lleva a la oscuridad. Y es la muerte por amor lo que te pierde y te salva.
Por eso dice: "¿Sabes?, hoy tuve que morir para poder estar contigo, vine a vivir a mi mente para que el corazòn creyera que aùn estàs a mi lado". No hay de otra: muriendo se vive "con el corazòn hecho tierra, para dejarte ir y quedarme contigo hasta la eternidad".
¡Por Dios, Karla! Por supuesto que proyectas tu juventud, pero, al mismo tiempo, una gran madurez al descifrar la locura del amor que te conduce, sin remedio, a la tumba, no del cuerpo sino de la voluntad.
Si no, ¿de què otra manera se han de interpretar sus versos que dicen: "Hay amores que se viven desde una casa; y otros, dentro de la mente de la mujer encerrada en un ataùd. Mi amor ya no es razonable"? Definitivamente, pregunto: ¿habrà algùn amor razonable? Estos versos son para leerlos y sentarse a llorar por los que no han sentido el aguijòn ponzoñoso del amor total que se entrega sin reservas y a costa de la vida misma.
Despuès de leer su poema "Desde el psiquiatra" quedas tocado, herido, con una llaga abierta y envenenada por la que respiras un tufo agrio, espeso como el aliento de las novias condenadas a "casarse vestidas de negro, que tomaràn como vino sus làgrimas y han de vivir con su amor hasta que cierren sus sentidos".
Por ùltimo, como dice Karla: se necesita estar loco para vivir muriendo en el amor que te obliga a dejarte llevar y ya no respirar tan sòlo, la pobreza del simple abrigo de una almohada.
Para mi amiga Karla A. Reyes T., poeta del grupo Transgresiòn, de Iguala, Gro., que "tan sòlo siente y escribe con su sangre encima de tu piel, para que no la olvides".
1 comentario:
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