Es jueves, el sol brilla como una moneda
recién salida del horno,
hace calor (sin novedad)
y mi sudor se confunde en mi rostro
con la ceniza del dolor quemado,
alguna vez soñé que te quería
desde la profundidad
de mi pasado
y cobijé mis esperanzas con el azul del cielo
que nos refrescó el silencio de la noche
en tus manos encerrada.
La tarde sigue cayendo,
cierro mis ojos buscándote
entre los recuerdos
de tus palabras marinadas;
el sueño sigue siendo sueño
pero algunos aún creemos en las hadas.
Cuadro de Gabriel Marni. Saludos.
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