martes, diciembre 20, 2005

TORMENTO CRUEL


TORMENTO CRUEL

Te soñé,
y es cruel tormento
saber que fue sólo un sueño:
tus manos eran espuma
sobre mi piel derramada,
en tu boca había
perfumes de madrugada;
y tus pechos,
encendidos,
iluminaban mi cama.
En mi sueño pude ser
un caballero distinto
y subí desde tus pies,
lentamente,
hilo por hilo,
por la madeja de fuego
de tu cuerpo sorprendido.
Subí
y, con dulces asonancias,
desbotoné tus sedas
hasta recorrerte todas
tus formas de ansiedad llenas.
Como te soñé quisiera
cortar la flor del deseo,
enlazando nuestras manos,
nuestras bocas
en un aire
que escapa,
vuelve
y se queda.
Como te soñé te quiero
en mi vida permanente:
con mis pies entre los tuyos,
tendidos,
como en el lecho de un río,
el río del sueño
que nos consiente.

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