Simplemente, para mi padre: FELICIANO DELGADO DELOYA (campesino, músico, jornalero, peón, tendero), quien con su energía y sus ejemplos nos mostró el mejor camino: de la honradez y el respeto para andar por la vida.
ABRE TU CORAZÓN
Abre tu corazón,
padre,
ante mi sed
de la palabra añeja,
en el reloj
del tiempo que no pasa,
en el misterio
de mis lágrimas hirvientes
que se repiten,
y en mi plegaria que te nombra:
luz, maíz,
campo, río,
tierra sembrada de ilusiones,
piel esculpida en bronce antiguo.
Abre tu corazón,
cálido y bueno,
hoy que tu paso
respeta las formas del camino,
hoy que tu mirada
rescata el verso
del poema dormido,
abre tu corazón,
padre mío
y derrama, generoso,
la sonrisa franca
que disfruté de niño.
Abre tu corazón
y dame paz
con tu voz tranquila
y tu pecho dolorido.
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