martes, mayo 17, 2005

LA FAMILIA Y LOS VALORES HUMANOS

Un aspecto importante que hay que tener en cuenta cuando advertimos que los valores humanos en la sociedad se están perdiendo es que la raíz de este mal se encuentra, ni más ni menos, que en la familia.
¿Por qué digo esto?
Recuerdo, claramente que, cuando fui niño, nuestros padres nos guiaron, a mis hermanos y a mí, por el camino de la honradez, de manera que jamás se nos ocurría tomar algo que no fuera nuestro.
En cierta ocasión encontré un carrito de plástico junto a la puerta de una casa como a una cuadra de donde vivíamos, pero en la calle. Llegué con él y, al verlo, mi padre, me preguntó que dónde lo había tomado y yo, diciendo la verdad, expliqué lo que ya dije. No terminaba de decir la última palabra cuando ya estaba sintiendo sobre mi espalda el primer huarachazo y en mis oídos retumbando el grito exigiéndome que regresara el carrito al lugar de donde lo había encontrado.
Desde entonces, siempre que he tenido la oportunidad de quedarme con algo que no es mío, la imagen de mi padre se me revela y siento el ardor en mi espalda que me dicen: eso no está bien y mejor me olvido del asunto.
Desde luego que no estoy considerando la forma como idónea para sembrar en el hogar las semillas que germinen en el ser humano en el respeto, la honestidad, la amistad, la solidaridad, la generosidad y el amor. Sólo trato de ejemplificar cómo, las normas de conducta del hogar, pueden ser más significativas que las que se adquieren en la escuela, en la religión o en la calle.
Si no se preocupan, los padres, por influir en sus hijos, desde que son niños, bajo los preceptos que los conduzcan por la vida de una manera responsable de su vida como de la de los demás, seguiremos observando el deterioro de las relaciones humanas y la pérdida de los valores que nos distinguen de los demás seres vivos y, al mismo tiempo, nuestra sociedad se distinguirá por su agresividad, la deshonestidad y el revanchismo.

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