"¿Quién hace esa
tracalera?", preguntó mi padre, con su voz tenue y rasposa, desde su silla
de ruedas.
"José I.", respondió mi
hermano Toño, "está limpiando la puerta para pintarla."
"Ah...", aceptó el
viejo, complaciente.
Yo pensé: "Pobre de mi
padre, se enfada con el ruido que hago; si supiera la tracalera que tengo que
soportarle a mi angustiado corazón..."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario