sábado, julio 02, 2011

SECTOR 7

El triunfo en la derrota.

José I. Delgado Bahena


“No me preocupa el grito de los corruptos, de los deshonestos, lo que me preocupa es el silencio de los buenos.”
En esencia, esta frase de Martín Luther King incendia la conciencia social cuando, en persecución de un beneficio personal, un grupo de individuos compra voluntades y convence al ciudadano noble, generoso y humilde que entrega su confianza con la esperanza en las dádivas que mitiguen un poco la sed de su precaria situación.
Pero son ellos, precisamente, los que en las comunidades rurales de nuestro estado y de cualquier lugar del país o del mundo, deberían levantar la voz para oponerse a la manipulación de su conciencia, de sus decisiones, y hacer uso de su albedrío para orientar el rumbo de los pueblos.
Ejemplos hay muchos; pero los más frescos, los que más duelen y más tiempo tardarán en ser asimilados, son los resultados de las recientes elecciones para comisarios en las distintas comunidades guerrerenses donde se llevaron a cabo el fin de semana pasado.
Recordar, antes que todo, que la misma Ley establece en este proceso el deslinde de la intromisión de los partidos políticos y lo limita a la participación vecinal de los propios ciudadanos de una comunidad, para después, con ojos de asombro, reconocer que las prácticas dictatoriales siguen prevaleciendo en la búsqueda del poder por el poder; sencillamente por eso.
Las amenazas, la compra de los votos, las promesas sin sustentos y sin proyectos, los convencionalismos y las descalificaciones fueron las armas que en esta guerra sucia se utilizaron como las mejores formas de hacer política.
¡Y la gente las aceptó y las creyó!
“Por algo pasan las cosas”, dijo mi madre. Tal vez tenga razón. Por eso, desde estas líneas reconozco y felicito la participación de la gente de mi pueblo, El Tomatal –como en otras muchas comunidades−, que es ejemplo para niños y jóvenes que aspiran a vivir en condiciones diferentes a las que están enfrentando en su cotidianidad.
Y es por ellos mi preocupación. A la luz de los acontecimientos, y con el ánimo de discernir sobre los resultados de la elección, las reflexiones nos ofrecen conclusiones nada halagadoras por saber quiénes estuvieron metiendo las manos en este proceso y por entender los riesgos que corrimos los que participamos en nuestra planilla.
“El único que no encaja en su grupo es el Gavilán, pero aún así votaré por ustedes”, me expresaron dos personas. Y tenían razón: Gabriel Rivera (q.e.p.d) era el optimista, el que nos levantaba el ánimo cuando nuestra fortaleza menguaba. “Creo que muy pocos votarán por nosotros”, le comenté al principio de la campaña, y él, con su tono de niño grande, respondió: “No profe, en mi familia somos más de sesenta, y todos me apoyan.” Pero hasta él se fue desilusionado de su propia familia en la que muchos no tomaron en serio nuestras propuestas, que eran y siguen siendo, reales, factibles y, sobre todo, en la búsqueda del bien común.
Por eso, a nombre de este gran compañero a quien Dios lo reclamó el pasado martes, nuestro grupo seguirá adelante con los proyectos que ofrecimos y en los que casi trescientas personas creyeron. Muy pronto comenzaremos a trabajar en ellos por medio de una fundación que llevará el nombre de Gabriel Rivera.
Este es el triunfo de la derrota en las elecciones. Es la cosecha de una semilla que sembramos al visitar a la gente de mi pueblo y reconocer sus necesidades. Hemos ganado en el sentimiento altruista que nos une y que de cualquier manera se expresará en las acciones sociales, artísticas, deportivas, culturales y, por supuesto, de obras materiales que emprendamos por el bien de esta gente noble de El Tomatal que está en espera de un cambio que les permita aceptar que las cosas pueden ser diferentes.
Así que a los amigos que prometieron ayudarnos para recuperar a nuestra comunidad, los invitamos a que se pongan en contacto con nosotros para que canalicemos su apoyo hacia la gente que más lo necesita. También les pedimos a quienes quieran ayudar, que se incorporen a nuestro proyecto a través de mi dirección de correo electrónico.
Por último envío un saludo a mis amigos Aldo Jusa y Óscar Bello, así como a mi sobrino Jesús Delgado Abarca, quienes han terminado su bachillerato en el Cbtis. ¡Felicidades!


Escríbeme:
jose_delgado9@hotmail.com

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