SOLO HABRÉ DE QUEDAR
Solo habré de quedar,
lo sé,
como el suspiro que se arroja
desde la ventana
de un quinto piso,
sin destino y sin sentido.
Solo,
tristemente solo…
como la piedra pisoteada
bajo el ardiente sol
en medio del camino.
Solo,
como la palabra maldita
que se pronunció
una noche de rencores
y fue depositada
en el lodo del egoísmo.
Así habré de quedar después de ti,
cuando me escupas al olvido,
cuando me arrojes de tus vicios,
cuando no tengas para mí más que dolor
y el amor que un día nos dimos
sea sólo un artificio.
Solo.
Terriblemente solo he de quedar,
con mi sangre ardiente
y mis dientes fríos.
POEMAS, CUENTOS, COMENTARIOS, SUEÑOS...
martes, mayo 27, 2008
martes, mayo 20, 2008
NO ES QUE LA LLUVIA
No es que la lluvia
no refresque,
ni que el corazón duerma
en un desierto;
no es la sed del moribundo
ni la esperanza que escurre
entre los dedos.
No es la letra que se escribe
entre sollozos
ni la canción que gime el viento;
no es el frío de mis pies
desnudos, en la nieve,
ni la verdad
sumergida en el silencio.
No.
Es mi sangre
encendida y palpitante:
chispa de luz,
brújula perdida
en el mar oscuro
de tu cuerpo.
No es que la lluvia
no refresque,
ni que el corazón duerma
en un desierto;
no es la sed del moribundo
ni la esperanza que escurre
entre los dedos.
No es la letra que se escribe
entre sollozos
ni la canción que gime el viento;
no es el frío de mis pies
desnudos, en la nieve,
ni la verdad
sumergida en el silencio.
No.
Es mi sangre
encendida y palpitante:
chispa de luz,
brújula perdida
en el mar oscuro
de tu cuerpo.
miércoles, mayo 14, 2008
TE ESTOY PENSANDO
En el silencio que raspa la noche
incrustada en mi cuarto,
te estoy pensando
como éramos ayer:
gato y garabato,
sol y agua,
viento y frío,
la luna en el retrato.
Pienso que te quería
con tu voz turbia, lejana y taciturna;
con las manos en el hielo,
con mi sangre hirviente
que se desliza en la conciencia del no olvido
entre el laberinto del perdón nunca exigido.
Y sé que estás, duramente,
permanentemente,
como un grito callado,
como una revelación acobardada,
como un sueño no soñado,
como una guerra perdida
que dejó un corazón ─el mío─
minusválido.
Te estoy pensando
y te conozco allá:
en el otoño recobrado,
en la espiga derrumbada,
en la llaga oxidada,
en el sueño interrumpido,
rasguñándome,
como siempre,
el alma.
En el silencio que raspa la noche
incrustada en mi cuarto,
te estoy pensando
como éramos ayer:
gato y garabato,
sol y agua,
viento y frío,
la luna en el retrato.
Pienso que te quería
con tu voz turbia, lejana y taciturna;
con las manos en el hielo,
con mi sangre hirviente
que se desliza en la conciencia del no olvido
entre el laberinto del perdón nunca exigido.
Y sé que estás, duramente,
permanentemente,
como un grito callado,
como una revelación acobardada,
como un sueño no soñado,
como una guerra perdida
que dejó un corazón ─el mío─
minusválido.
Te estoy pensando
y te conozco allá:
en el otoño recobrado,
en la espiga derrumbada,
en la llaga oxidada,
en el sueño interrumpido,
rasguñándome,
como siempre,
el alma.
viernes, mayo 09, 2008
AZUL COMO EL PECADO
He derrapado en un cuerpo azul,
como el pecado.
Mis manos llovieron sobre sus ansias
y fuimos dos locos,
acorralados,
que mordimos las cenizas del amor,
entre el follaje de la luna,
urgidos de dolor,
anhelando el llanto.
En el hueco de su olfato
hallé un rencor extraviado:
era un mar de dulces olas,
era un lugar infinito,
era un sol de negros rayos.
Me interné en sus soledades
y fui piel de sus tormentos,
fui el deseo inalcanzable,
fui la causa de sus miedos.
He derrapado en un cuerpo azul
extenso y lejano,
como la paz del condenado;
ensombreció mis nostalgias
cuando un suspiro dejó
en mi corazón desesperado,
y le regalé una historia dolorosa
como la roja luna
que se posa en el tejado.
Derrapé en ese cuerpo azul
y me enamoré con llanto
una noche de pecado.
He derrapado en un cuerpo azul,
como el pecado.
Mis manos llovieron sobre sus ansias
y fuimos dos locos,
acorralados,
que mordimos las cenizas del amor,
entre el follaje de la luna,
urgidos de dolor,
anhelando el llanto.
En el hueco de su olfato
hallé un rencor extraviado:
era un mar de dulces olas,
era un lugar infinito,
era un sol de negros rayos.
Me interné en sus soledades
y fui piel de sus tormentos,
fui el deseo inalcanzable,
fui la causa de sus miedos.
He derrapado en un cuerpo azul
extenso y lejano,
como la paz del condenado;
ensombreció mis nostalgias
cuando un suspiro dejó
en mi corazón desesperado,
y le regalé una historia dolorosa
como la roja luna
que se posa en el tejado.
Derrapé en ese cuerpo azul
y me enamoré con llanto
una noche de pecado.
martes, mayo 06, 2008
NOS DIREMOS ADIÓS
Nos diremos adiós fingiendo un hasta luego.
Te alejarás de mí, de estos brazos
que tanto te abrazaron,
de estos ojos que con amor te vieron,
de mi pobre corazón que dormirá en soledad
por tu desprendimiento.
Y me dirás que no es para siempre,
que un día regresarás
a desatar el nudo del dolor
que amarra el sentimiento,
y me besarás
y te besaré
y con una mirada envolveré tu imagen
que guardaré entre mis nostalgias,
y nos despediremos
creyendo en las promesas
que en una noche de pasión
sin medir consecuencias
los dos dijimos;
pero la luna sabe que no es verdad,
tú no regresarás
ni yo te esperaré porque este adiós,
aunque nos quema el alma,
es para siempre.
Nos diremos adiós fingiendo un hasta luego.
Te alejarás de mí, de estos brazos
que tanto te abrazaron,
de estos ojos que con amor te vieron,
de mi pobre corazón que dormirá en soledad
por tu desprendimiento.
Y me dirás que no es para siempre,
que un día regresarás
a desatar el nudo del dolor
que amarra el sentimiento,
y me besarás
y te besaré
y con una mirada envolveré tu imagen
que guardaré entre mis nostalgias,
y nos despediremos
creyendo en las promesas
que en una noche de pasión
sin medir consecuencias
los dos dijimos;
pero la luna sabe que no es verdad,
tú no regresarás
ni yo te esperaré porque este adiós,
aunque nos quema el alma,
es para siempre.
domingo, mayo 04, 2008
EN LA PRESENTACIÓN DE ECATEPEC
REGÁLAME UNA LUZ
Regálame la luz de tu mirada
para mi oscuridad compacta;
es tan fría la noche
y en mi corazón dormido
se aloja la nostalgia.
Regálame tu luz,
hoy que te marchas,
para caminar sin miedo,
como un resucitado,
sin luna ni esperanza.
¿Qué voy a hacer sin ti
con mi vida ciega,
la piel vacía,
perdida el alma?
Dame un rayito, tan sólo,
una llamita blanca,
¡la soledad vigila
junto a mi cama!
Regálame la luz de tu mirada
para mi oscuridad compacta;
es tan fría la noche
y en mi corazón dormido
se aloja la nostalgia.
Regálame tu luz,
hoy que te marchas,
para caminar sin miedo,
como un resucitado,
sin luna ni esperanza.
¿Qué voy a hacer sin ti
con mi vida ciega,
la piel vacía,
perdida el alma?
Dame un rayito, tan sólo,
una llamita blanca,
¡la soledad vigila
junto a mi cama!
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