martes, mayo 27, 2008

SOLO HABRÉ DE QUEDAR

Solo habré de quedar,
lo sé,
como el suspiro que se arroja
desde la ventana
de un quinto piso,
sin destino y sin sentido.

Solo,
tristemente solo…
como la piedra pisoteada
bajo el ardiente sol
en medio del camino.

Solo,
como la palabra maldita
que se pronunció
una noche de rencores
y fue depositada
en el lodo del egoísmo.

Así habré de quedar después de ti,
cuando me escupas al olvido,
cuando me arrojes de tus vicios,
cuando no tengas para mí más que dolor
y el amor que un día nos dimos
sea sólo un artificio.

Solo.

Terriblemente solo he de quedar,
con mi sangre ardiente
y mis dientes fríos.

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