miércoles, diciembre 12, 2007

EL AIRE HUELE A TU RECUERDO

El aire huele a tu recuerdo,
tus cabellos se enredan en mis dedos;
tus ojos: mudos,
tus oídos: ciegos,
tus labios: sordos,
el cielo, lejos.
¡Qué noches tan serenas,
las que tú y yo sabemos!
En el remanso de tus aguas
sembré, un día, un limonero
que floreció entre tus manos
y en el calor que te sube
de los pechos hasta el cuello.
Las cadenas de tus ojos me sujetan
y no quiero;
déjame llorar tranquilo
porque siento que me pierdo.
Es domingo y, en la mesa,
donde te puse un florero,
hay dos vasos, una llave,
cuatro velas,
y mi corazón, dormido,
que antes, atrás,
reposaba, a la sombra
del amor de un limonero.

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