jueves, marzo 23, 2006

TENÍAS RAZÓN

Un día te dije: ¡basta!
Y con esa palabra llena de nostalgia me tiré al abismo;
torcí los hilos de la madeja de este amor
que no tiene sentido,
me perdí en los días del adiós,
en las tardes sin sed, en la guerra de tu olvido.
Pero me preguntaste,
con tu voz de gitana y tus ojos sin brillo:
¿sabrás vivir sin verme?,
y en las noches sin luna, ¿podrás dormir tranquilo?
Tenías razón: aquí me tienes,
en el fondo del río que, inevitablemente,
me lleva a tu destino;
aquí me tienes, como caracol dormido,
besando tus cabellos y tus labios fríos,
comiendo de tu mano las migajas de amor en loco desvarío.
Tenías razón:
amo la luna de tus ojos, la sal de tus besos
y el fuego que te nace
en la oscuridad del miedo;
amo tus heridas,
las grietas de tu cuerpo y tus noches sin sueño.
Y ya no te maldigo cuando, por pensarte,
en mis solitarias noches no descanso ni duermo;
porque el dolor me brota
por los poros que llenaba tu cuerpo,
y es un rencor dulce que no mata el recuerdo
ni sacude el polvo de estos caminos que, a ciegas,
me llevan,
irremediablemente,
al fuego de tu sexo.

No hay comentarios.: