TE NOS MORISTE
¡Caray, Mamá Chofi:
te nos moriste!
Te nos moriste igual que el sueño sumergido
en las cavernas de los recuerdos.
¿Por qué te nos moriste así, tan de repente?
¿Por qué, tú, tan rebelde, no te rebelaste
en el instante mismo de tu muerte?
Igual pudiste haberte ido de viaje,
sabemos que no te has ido;
sólo estás un poquito muerta,
un poquito allá:
del otro lado.
¡Caray, Mamá Chofi!
Sofía Piedra,
se nos murió de vieja,
con sus enaguas largas
y con sus anécdotas.
Sofía Piedra, vieja revolucionaria
que se murió en la trinchera.
¿Hacia dónde ven tus ojos que vigilaron
a tanta parentela?
¿Por qué tu bastón, y tus pasos,
aún nos acompañan en las noches de fiesta?
Te nos moriste, Mamá Chofi...y apenas yo me entero;
¿hace cuánto?, no sé.
¿Cómo he de darme cuenta?
¿Cómo voy a saber que ya te fuiste
si siempre estás ahí,
sentadita,
pendiente,
con tu sonrisa abierta?
Sin embargo, no hay duda:
ya visité la tumba que te hicieron
los que siempre te amaron
y los que no te conocieron.
Porque al final de cuentas los grandes,
y los pequeños que nunca te nombraron,
en el adiós último
con lágrimas de fuego te lloraron.
Por eso me pregunto:
¿será cierto?
Lo veo y no lo creo.
¿Cómo puede ser posible que, de pronto, así,
te nos moriste?
¿Cómo, Mamá Chofi, en una madrugada
nos dejaste tu último suspiro
en aquella vieja almohada que un día te regalé?
Y ahí te nos moriste, sin más,
despidiéndote aún y, todavía,
dándonos mil consejos,
y hablando con tu boca de pirata,
con tus ojos cerrados, con tus dedos...
Te nos moriste, al fin, y nos dejaste
sin esa brújula viva de tu lengua despierta;
sin esa golondrina igual que tú de vieja
que te rondó quince años dentro de tus orejas.
Te nos moriste mamá Chofi.
Pero...sé que no estás muerta;
porque te nombro y mi voz no te entierra,
porque te nombra toda la familia completa.
Estás viva, lo sabes,
y así nos acompañas en todas nuestras fiestas.
¡Caray, Mamá Chofi:
te nos moriste!
Te nos moriste igual que el sueño sumergido
en las cavernas de los recuerdos.
¿Por qué te nos moriste así, tan de repente?
¿Por qué, tú, tan rebelde, no te rebelaste
en el instante mismo de tu muerte?
Igual pudiste haberte ido de viaje,
sabemos que no te has ido;
sólo estás un poquito muerta,
un poquito allá:
del otro lado.
¡Caray, Mamá Chofi!
Sofía Piedra,
se nos murió de vieja,
con sus enaguas largas
y con sus anécdotas.
Sofía Piedra, vieja revolucionaria
que se murió en la trinchera.
¿Hacia dónde ven tus ojos que vigilaron
a tanta parentela?
¿Por qué tu bastón, y tus pasos,
aún nos acompañan en las noches de fiesta?
Te nos moriste, Mamá Chofi...y apenas yo me entero;
¿hace cuánto?, no sé.
¿Cómo he de darme cuenta?
¿Cómo voy a saber que ya te fuiste
si siempre estás ahí,
sentadita,
pendiente,
con tu sonrisa abierta?
Sin embargo, no hay duda:
ya visité la tumba que te hicieron
los que siempre te amaron
y los que no te conocieron.
Porque al final de cuentas los grandes,
y los pequeños que nunca te nombraron,
en el adiós último
con lágrimas de fuego te lloraron.
Por eso me pregunto:
¿será cierto?
Lo veo y no lo creo.
¿Cómo puede ser posible que, de pronto, así,
te nos moriste?
¿Cómo, Mamá Chofi, en una madrugada
nos dejaste tu último suspiro
en aquella vieja almohada que un día te regalé?
Y ahí te nos moriste, sin más,
despidiéndote aún y, todavía,
dándonos mil consejos,
y hablando con tu boca de pirata,
con tus ojos cerrados, con tus dedos...
Te nos moriste, al fin, y nos dejaste
sin esa brújula viva de tu lengua despierta;
sin esa golondrina igual que tú de vieja
que te rondó quince años dentro de tus orejas.
Te nos moriste mamá Chofi.
Pero...sé que no estás muerta;
porque te nombro y mi voz no te entierra,
porque te nombra toda la familia completa.
Estás viva, lo sabes,
y así nos acompañas en todas nuestras fiestas.
1 comentario:
uyy ya pasan de1000 visitas ¡felicidades!
parece que cuando yo llego usted se va y muy pocas veces coincidimos ya se le extraña.
me dieron ganas de ir a tomar un cafe o ir al cine ¡tenemos que salir ehh! ya que las vacaciones estan x concluir.
lo quiere: aline
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