En el silencio de tu nombre
construyo el llanto cada noche
con el que disgrego el amor que te tuve.
Rueda el tiempo entre las piedras
del camino que los dos anduvimos,
llueve la tarde que soñamos
y el tic tac ya no me conmueve.
Soy una esperanza perdida,
soy el renglón que se ha borrado,
soy el agua de una vasija rota
que se evapora entre la hierba.
Aún así, terco como una avispa,
te pienso sin domingo y sin luna
y mis ojos enturbian mi mirada
porque te lloro en el silencio nocturno.
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