jueves, abril 05, 2007

DÉJAME LLORAR


Déjame llorar, a solas, tu partida.

Se reseca mi boca,

mueren las palabras

y se pudre la melancolía.

Déjame escribir un verso rebelde

en la orilla de esta enorme soledad

que me lastima.

Ayer tus manos descansaban,

dulcemente, entre las mías;

hoy el hueco en el que duermo

es un tren cargado de amargura

que no va a ninguna parte,

a ningún espacio,

a ninguna esquina.

Déjame llorar por esta ausencia de mí

entre tus muslos de fuego que eran mi vida;

tengo sed de tus ojos

y te voz se aleja en el buque

de tu risa perdida.

Ya lo ves, derrotado me dejas,

sin un centavo de sangre redimida,

sin la esperanza que mojaba mis labios

cuando te nombraba

con el rayo de luz de tu luna esparcida.

Déjame llorar,

pero a solas,

no quiero que me veas temblando, sin ti,

en esta noche fría;

tú no sabes qué profundidad tenían

mis palabras dolientes

cuando te preguntaba si deseabas mi muerte

o si querías mi vida.

Déjame llorar, antes de que yo,

como tú,

inicie mi partida.


Poema del libro "Por si no te vuelvo a ver" que pronto daré a conocer.

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