miércoles, enero 10, 2007

GRACIAS MARÍA

A MANERA DE PRÓLOGO

Leer un nuevo libro siempre causa una especial emoción, pues no se sabe qué es lo que se va a encontrar en cada una de las páginas conforme van fluyendo; mas los lectores lo hacemos con el afán de remontarnos a grandes sueños, a especiales viajes o, tal vez, para atormentarnos con la historia que se narre.
Las novelas nos hacen sentir que vale la pena vivir; porque, lo que nos describen son vivencias de otros que el autor nos regala para hacerlas nuestras. Entonces, sufrimos, gozamos, reímos o lloramos con los personajes que recrean su existencia en las veredas de nuestras mismas emociones.
La novela que leeremos nos incrustará todos estos sentimientos hasta lo más profundo de nuestro corazón; nos hará sentir la soledad en la que se encuentra un ser que está muy vivo, un personaje que vive su soledad interna pero que lucha contra ella.
Entre estas páginas, encontraremos a un individuo que trabaja y cumple de la mejor manera, porque su profesión le gusta y, en cierto modo, le satisface. También nos vamos a encontrar a ese hombre solitario que tiene sed de amar y de que lo amen; y en esta búsqueda encuentra a alguien: una mujer que en ratos lo quiere pero que juega con él. Juega, porque también está marcada por el destino, este destino que no perdona a nadie y a ella le hizo la peor de las jugadas.
En cada capítulo de “La noche de las cabras” somos testigos de cómo se van engarzando una a una las piezas, cómo van acudiendo a su cita los dos personajes principales: Alejandro y Fátima.
En un diálogo se lee algo tan profundo como la vida misma:
“―¡Qué raro! ―exclamó Alejandro―, si tú eras quien decía que no pensáramos en el futuro y que esperáramos para ver cómo iría todo.
―Sí, ¿pero no te das cuenta de que el futuro ya nos alcanzó y que tengo miedo de que muy pronto se convierta en pasado?”
“La noche de las cabras” es una novela que juega con muchas emociones que, en cierta forma, conocemos muy bien; pero que su autor les da un toque especial, personal e íntimo.
La narrativa es amena, sencilla y hasta coloquial; pero también está llena de colorido e imágenes que nos obligan a no soltarla, pues desde el principio nos atrapa.
Mi amigo José I. Delgado Bahena, el autor, siempre, desde que yo recuerdo, ha escrito y con frecuencia lo invitaba a que publicara sus manuscritos y, gracias a Dios, un día se animó y en el año 2004 publicó su primer libro de poemas: "Malditas palabras". Hoy nos sorprende con esta novela que tiene muchas de sus vivencias, porque él no puede desprenderse de ellas y nos las tiene que platicar por este medio y así nos las comparte para, de alguna manera, entregarnos, también, parte de su vida.
Realmente me siento muy orgullosa por esta su primera novela que, estoy segura, la gente que la lea, la aceptará con amor, la hará suya y, tal vez, encontrará en ella su reflejo.


María de Jesús Márquez.
Sábado 30 de diciembre del 2006.
Puerto Vallarta, Jalisco; México.

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo si encontre mi reflelo parce es tan similar a mi vida pasada que pienso que alguien estuvo espiandome todo el tiempo ja