viernes, septiembre 29, 2006

CADA VEZ

Cada vez que pienso en ti
Se me enciende el alma
Y brillan en mi noche
Luceros de esperanzas
Y sueño que lo nuestro
Será una historia larga
De pasión y locura
De amor y de confianza
Pero el sol me descubre
La verdad que me mata:
No sé si me quieres
Y estoy solo en mi cama.

lunes, septiembre 25, 2006

HOY VOY A VIVIR SIN TI

Hoy voy a vivir sin ti y sin testigos.
Hoy te necesito
porque eres mi abrigo.
Hoy me siento solo
porque tú estás lejos de mis caminares
y de mi destino.
Hoy soy mil olvidos.
Hay deseos que vuelven y tú ya te has ido;
y hay relojes muertos
y hay relojes vivos.
Hoy tienes la boca con sabor del vino
que, en aquella noche, te cambió
y sueño en tus manos que ya no acaricio,
y sueño en tu sexo tan lejos del mío.
Es tan gris el día, pues no estás conmigo
y para tenerte
mil cosas te escribo.
Hoy vivo las horas muertas
de un domingo
cuando nuestras ansias no sabían de frío,
y te encuentro en sueños sin estar dormido;
y muero por verte
y sin ti no vivo.
Hoy soy un rebelde que no tiene amigos,
que no tiene patria
y no encuentra asilo;
porque por tu ausencia
soy pluma sin aire,
soy río sin agua
y amor sin sentido.

jueves, septiembre 21, 2006

jueves, septiembre 07, 2006

SE FUE MARÍA
(Aún no, pero ya mero.)
Se fue María por la ventana,
la despedimos con luna blanca;
entre las risas de los amigos,
se fue mi amiga
y nos ha dejado su gran cariño,
su risa franca,
sus manos tersas,
su porte fino.
La despedimos catorce ojos
que la miramos entretejiendo
el buen recuerdo del dulce nido;
porque fue un árbol de fuertes ramas,
de ricos frutos
y sombra hermosa que en el invierno
nos dio su abrigo.
Junto a sus pasos viajaba siempre
mi alma doliente
y han de buscarla mis soledades
como se busca al fiel amigo.
Adiós, María,
que a donde vayas seas muy feliz.

martes, septiembre 05, 2006

NO BASTAN DIECISIETE NOCHES PARA OLVIDARTE

Ayer acomodé tus cosas
en el apartamento
y comencé por encajonar
tus fotos y videos,
tus discos,
los recuerdos...
Sólo un libro dejé sobre el buró,
no sé si para leerlo
o para que no te olvide
y mi memoria tenga un pretexto.
Guardé también las lunas y las estrellas
que, en las oscuras noches,
me traían la luz de tus ojos tibios y serenos;
y a la basura tiré las cartas
en las que dibujaste
tus labios frescos.
No sé por qué me engaño
haciendo todo esto
si lo que más me estorba
es una río de fuego que me quema la sangre
y muerde mi silencio;
porque te amo aún
de la misma manera,
con este amor secreto que fue nuestro misterio,
y mi corazón te llora
con el más terrible de todos los lamentos
y sé que es muy tonto,
podré quemar tus fotos
o escupirle al viento el sabor de tus besos,
podré también encerrarme a llorar,
diecisiete noches,
como perro sin dueño,
y no podré jamás, lo tengo claro,
sacarte de mi mente y de mi corazón
hasta que el frío de la muerteme congele los huesos.