jueves, noviembre 03, 2005

TEOTITLÁN II


En fin, veinticuatro horas que me bastaron para sentir mía esta tierra, saberme protegido por su cielo azul e iluminado por sus estrellas. Poco tiempo pero que me llenó de la calidez de estas personas trabajadoras, sencillas y generosas. Poco tiempo (hubiera querido quedarme al menos dos días más), pero me alcanzó para caminar por las veredas por las que caminó David cuando fue niño, montar en burro, conocer sus zonas arqueológicas, comprar, por supuesto, un par de coloridos tapetes y llenarme el alma de las miradas cálidas de la abuela, de la mamá de David, de su primo Daniel y de su tío. Ojalá quienes tengan la paciencia para leer este texto se den un día la posibilidad de estar en este lugar y disfrutar, como yo lo hice, de este rincón de nuestra patria y, desde luego, traerse un hermoso tapete de lana tomado de las mismas manos de quienes los elaboran. Teotitlán queda rumbo a Tlacolula, a un lado de la Cd. de Oaxaca. Gracias David, gracias Daniel, gracias mamá de David y gracias Sra. Amelia por su hospitalidad y por su afecto. Ojalá un día pueda regresar a completar de llenar mi morral de recuerdos.
Con afecto, cariño y agradecimiento:
José I. Delgado Bahena

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